Cajón desastre: La inutilidad del arte
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05 noviembre 2006

La inutilidad del arte

Hace tiempo que quería haber comentado esto, así que lo hago ahora.

El pasado 20 de octubre se entregaron los premios Príncipe de Asturias. Paul Auster fue galardonado con el premio de las Letras 2006. Su intervención fue, desde mi punto de vista, muy interesante y versó sobre la afirmación de que "El valor del arte reside en su inutilidad".
Su discurso íntegro puede leerse en el siguiente artículo de "El País".

Personalmente he leído dos obras suyas: El libro de las ilusiones (una de sus novelas más conocidas) y Leviatán. Ambas me gustaron mucho, por lo que tengo otros títulos suyos en cola para cuando les llegue el turno.

Si os apetece opinar, me encantaría leer vuestras opiniones sobre su discurso acerca del arte o sobre su obra.

19 Comments:

Blogger Trenzas said...

Me gusta mucho Auster y creo que el premio es más que justo. Precisamente ahora estoy leyendo "La noche del Oráculo" una obra que aún tenía pendiente.
La única que no me dejó satisfecha del todo, de las seis que he leido, es "El país de las últimas cosas" Creo que me sorprendió dentro del conjunto de su obra. Y la tengo pendiente de releer, porque quiero "encontrarle" ahí.
Manías que tiene una con sus escritores favoritos :DDD
Leviatán; tengo que conseguirla, que llevo tiempo detrás de ella.
Desde luego, el arte no calza no a un niño ni le pone pan en la mesa del hambre física, pero si el hombre de las cavernas ya lo necesitaba, no será tan "inútil"
Me ha gustado el discurso.
Un beso, amiga

22:28  
Anonymous Anónimo said...

Conozco muy poquito y para ser sincera, me cuesta trabajo entrarle, o que me entre, no sé bien cual sería la definición. En cuanto al dicurso, pues no lo he leído aún, pero todo se andará.
En cuanto al título de tu reseña, Llanos (La inutilidad del Arte),me viene a la memoria, no sin que se me escape una sonrisita, lo que me pasó el otró día. Tengo dos acebos que ahora mismo están llenitos de bayas rojas-rojas, pletóricos de hermosura, lo juro (da gloria verlos), y se los estaba enseñando a una amiga que vino a comer a casa, toda contenta y orgullosa yo, y ella me mira y me pregunta (eso sí, sin maldad) "¿Y este árbol para qué sirve?"
Por cierto, retomo mi cuaderno. Ahora bien, no sé cuánto me durará esta vez. Si la envídia fuera tiña...

22:51  
Anonymous Anónimo said...

Me encantó su discurso. No es mi autor preferido, aunque le he leído El libro de las ilusiones, pero su literatura me deja un poco indiferente. Y eso si: está para comérselo (ay ay ay ay, no me lo tengas en cuentaaaaaaaa)

13:36  
Anonymous Anónimo said...

Acabo de leer el discurso y de verdad-de verdad que me ha emocionado. Me pregutno cómo no habré sido capaz de degustar con placer una novela de este hombre, que ahora, tras leer un simple e "inútil" discurso, me ha parecido (repito) asombrosamente emotivo, fantástico, humanamente coherente con lo humano y con lo espiritual.
Extraigo un párrafo que me ha llegado al lo más profundo:
"La novela es una colaboración a partes iguales entre el escritor y el lector, y constituye el único lugar del mundo donde dos extraños pueden encontrarse en condiciones de absoluta intimidad". (Paul Auster)
Beso.

14:50  
Blogger pies diminutos said...

Del "Libro de las ilusiones" me gustó fundamentalmente el personaje del actor de cine mudo. Cuando Auster describía esas películas antiguas me parecía estar viendo en vivo y en directo a ese hombrecillo moviéndose por la pantalla. La historia vital de este actor estaba muy bien construida. Pero, por ejemplo, el personaje femenino (no recuerdo su nombre), del que el protagonista se enamora, me pareció tremendamente plano y aburrido.

No sé, Auster escribe libros interesantes pero no me acaban de llegar sus historias, no me identifico, hay algo que no me acaba de gustar... y no sé bien el qué! Quizá sea la distancia subjetiva entre América-España.

De todos modos, su discurso fue fabuloso. Me encantó!

(y sí, está para comérselo!!!)

15:57  
Blogger Llanos said...

Uy... ¡cuántos comentarios!!! :-)

Trenzas: No conozco esos títulos. Los que tengo en cola son El palacio de la luna y A salto de mata. Un beso amiga :)

Gelusilla: Me alegro de que hayas disfrutado con el discurso. A mí también me encantó. ¿Has probado leer Leviatán? Ya me contarás, amiga. Un beso.

Arare_: ¡Bruja! Mira que eres... Bueno, la verdad es que el chico no está mal ;-) Otro beso.

Liter: Gracias por tu reseña de nuevo :) Por cierto, no olvides darme mi parte de la comisión ;) Un beso.

Piececitos: Gracias por tu comentario. No me queda claro si has leído algo más aparte de El libro de las ilusiones. A mí me enganchó más el que le recomiendo a Gelusilla: Leviatán. A los demás ya les llegará el turno. ¡Hay tantos en cola! Un beso.

17:41  
Blogger Llanos said...

Casualmente, ahora que estoy leyendo Ventanas de Manhattan de Antonio Muñoz, leo:

El arte enseña a mirar: a mirar el arte y a mirar con ojos más atentos el mundo. En los cuadros, en las esculturas, igual que en los libros, uno busca lo que está en ellos y también lo que está más allá, una iluminación acerca de sí mismo, una forma verdadera y pura de conocimiento [...]. Lo que le pide uno al arte es la revelación de una máxima intensidad de la experiencia, reducida a sus elementos más puros, condensada en el espacio y en el tiempo, material y simbólica, tangible como una moneda, ilimitada como ella en sus posibilidades.

18:18  
Blogger fractal said...

En relación a lo que dice pies diminutos, ¿puede ser que lo que no te termina de convencer de Auster sea que escribe demasiado? Sus juegos de espejos son, a veces, tramas un poco mal resuletas, poco trabadas.
No sé...

19:04  
Blogger Montse said...

estoy con fractal. Puede que sea eso lo que a mi no me acaba de enganchar de Auster. Pero no lo había pensado antes. Gracias por hacérmelo ver. Un beso.

08:42  
Blogger Isabel Barceló Chico said...

Es un discurso muy interesante y, en cierto modo señala una pardoja: la inutilidad del arte y, al propio tiempo, la necesidad absoluta que tenemos de él... luego no será tan inútil. Es un discurso muy sencillo, quizá podía haberse esforzado un poco más. Saludos cordiales.

18:18  
Blogger Llanos said...

Bienvenida a mi blog, Isabel.

Efewctivamente, por la paradoja es por lo que a mí me gustó. Muchas gracisa por tu reseña :-)

Un saludo.

20:47  
Blogger Trenzas said...

Ya acabé "La noche del oráculo"
Me ha gustado mucho, así que no voy a tener más remedio que leerla otra vez, dentro de un par de meses, para exprimirla mejor :D
Creo que le gustaría a Fractal para cual, porque es "una novela dentro de una novela dentro de una novela"
O más.
Abrazos, amiga. Y a ver si consigo ese Leviatán de una buena vez.

08:24  
Blogger Ángela said...

Isabel romana, ¿un discurso muy sencillo en qué aspecto?

10:34  
Blogger Llanos said...

Pues tomo nota de ese título, amiga.

Muchas gracias trenzas! Un besote.

19:27  
Blogger El detective amaestrado said...

Quizá lo que mas me gustó fue esa idea, que aunque el arte es inútil (tendríamos que ponernos de acuerdo en su significado), no por eso deja de ser imprescindible. a esta altura de la historia de la humanidad, sería imposible imaginarnos sin la presencia del arte. Imposible.

19:51  
Blogger Llanos said...

Hola detective amaestrado.

Muchas gravias por tu reseña, con la que no puedo estar más de acuerdo :)

20:14  
Blogger Trenzas said...

¡Muchas gracias..!
Compartir es vivir.
Te he dejado algo ma´s para compartir en los coments de mi blog
Un gran abrazo, amiga.

22:43  
Blogger Llanos said...

Eddy, bienvenida a mi blog. Ya nos contarás si te gustan :)

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Trenzas: Una vez más, gracias.
Un beso, amiga.

17:53  
Blogger Isabel Barceló Chico said...

Hola angelusa, lo encuentro sencillo en el sentido de que no es nada elaborado, como si el autor no hubiera tenido ganas de dedicar un rato a pensar y preparar lo que quería decir al recibir un premio tan prestigioso (al menos para las letras hispanas). No hay nada seductor en el discurso. A mí me parece muy de andar por casa. Besos.

00:34  

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