Cajón desastre: 18 feb 2007

Cajón desastre

Mi foto
Nombre:
Lugar: Valencia, Spain

18 febrero 2007

Interesante coloquio

(Advierto que me ha salido más largo de lo que pretendía. Ay...)

Quería haber escrito esto antes porque así lo tendría más fresquito, pero desde que los días son de menos de 24 horas (o así me lo parece últimamente) no tengo tiempo para nada. Casi seguro que es culpa de Zapatero. ¡Cagüenlá y, como dice Miguel Ángel Rodríguez, tan agudo y pillín él, de todos los terroristas que lo pusimos en la Moncloa! Me han llamado muchas cosas en esta vida, pero “terrorista” nunca .

Bueno, a lo que iba.
El pasado jueves, día 15, tuve el placer de asistir a una coloquio que encabezada nuestra candidata del PSOE a la alcadía de Valencia: Carmen Alborch.

He de decir que siempre he admirado a esta mujer por muchas cosas. Me parece una mujer tremendamente válida, inteligente, con muchas tablas, una capacidad de trabajo admirable y una sensatez que no se ve todos los días (evidentemente es una visión subjetiva: la mía).

No era un acto de campaña. El tema de la charla era: “la mujer en la política” y giró casi en su totalidad en torno a la ley de igualdad que se aprobará (cruzo los dedos) el próximo 8 de Marzo (fecha emblemática donde las haya para ello, casualmente) en el Congreso.

Habló de muchos temas relacionados con la desigualdad de género en diversos ámbitos: social, laboral, político, doméstico, etc. Aunque algunos/as tenemos muy claro que esto existe y es grave, además de tremendamente injusto, echaba de menos allí a aquellos/as que piensan que el feminismo no es más que un movimiento de mujeres histéricas.

Se habló del conocido “techo de cristal” en el ámbito laboral, del síndrome de la abeja reina que tanto daño nos hace a las mujeres y que suelen “padecer” mujeres de carácter conservador en posiciones de poder.

También se habló de si sería diferente el modo de gobernar si las dirigentes fueran mayoritariamente mujeres. Creo que es un tema muy interesante para un debate que daría para mucho. Allí se habló de mujeres que han gobernado (o tienen puestos de mucho poder político) con un estereotipo claramente masculino (como Condolezza Rice o Margaret Tatcher) versus mujeres que gobiernan (o, repito, tienen un gran peso político) fuera de ese estereotipo masculinizado (como Michelle Bachelet , Ségolène Royal o la conservadora Angela Merkel).

Yéndonos al ámbito familiar o doméstico, se habló de la mayor necesidad de la distribución del tiempo que tenemos las mujeres respecto de los hombres. Todos sabemos que somos las mujeres las que mayoritariamente (y remarco lo de mayoritariamente porque todos conocemos excepciones, que sólo son eso, excepciones), en condiciones de “supuesta igualdad” nos dedicamos al cuidado de los hijos, de nuestros mayores y de nuestros familiares enfermos. Para solucionar esto, no basta con tratar de implicar a los hombres (que también), sino de dedicar recursos públicos que nos permitan a las mujeres acceder con más facilidad al mercado de trabajo sin que sea una rémora lo expuesto anteriormente, lo que afortunadamente mejorará mucho la ley, no de igualdad, sino la de dependencia y autonomía personal, otra ley del PSOE, que, indirectamente va en pro de la igualdad.

También hablamos del lenguaje sexista, tema tan de moda últimamente y que tanto rechazo parece provocar, cosa que no entiendo, ya que es un elemento más que nos discrimina cotidianamente (esto también da para mucho).

Volviendo sobre la ley de igualdad, hay quien no está de acuerdo en el establecimiento de “cuotas” en listas electorales, Consejos de administración y otros órganos. Yo no pretendo convencer a nadie, pero ¿por qué no? ¿Por qué incluso hay mujeres que dicen aquello de “yo no quiero ser de la cuota, sino llegar por propios méritos”? Parecen (desde mi punto de vista, insisto) no darse cuenta que llegar por propios méritos en una sociedad como la nuestra es tremendamente difícil por lo que comento al principio (techo de cristal, etc. etc.). ¿Y qué si soy de una “cuota”? Deberíamos darnos cuenta de que es el único modo de que nos dejen demostrar que ”también” valemos. De otro modo no tenemos la oportunidad de llegar a demostrarlo, porque no nos dejan.

Podemos hablar de la discriminación especial en profesiones tradicionalmente ejercidas por hombres (fontaneros, electricistas, soldadores, conductores de autobús); o incluso podemos irnos al mundo del arte: nadie apuesta seriamente por directoras de cine, por ejemplo.

Y acabo con una reflexión que para mí es fundamental: la importancia de la educación de nuestros menores desde la escuela y desde el ámbito familiar para erradicar la desigualdad. Incluyo aquí incluso a los medios de comunicación, que tantos y tantos mensajes sexistas nos muestran, especialmente en la publicidad. Sería todo un avance que desde los propios medios los mensajes fueran en clave de igualdad, que se propiciaran muchos más debates sobre este tema y que se implicaran de modo serio en la concienciación de que tenemos un problema, porque señores y señoras: todos (y todas) somos (o deberíamos ser) iguales en oportunidades, derechos y obligaciones.

¡A trabajar en ello!

Gracias Carmen por ese debate tan interesante y tan participativo. Fue una tarde intensa y muy agradable. Una pena que la asistencia masculina fuera meramente representativa, lo que lleva a pensar que a los hombres sigue sin preocuparles demasiado este asunto. Qué triste… Su implicación es fundamental para el proceso y el camino a la igualdad, la de verdad..